Impuesto para el Bienestar Social a partir de Nuestros Recursos
Ley a reformar: Ley de Hidrocarburos y Ley Federal Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria
Propuesta desarrollada:
En esta tierra que nos ha visto nacer, crecer y luchar, la naturaleza nos ha brindado tesoros invaluables. Tesoros que no solo yacen bajo nuestros pies, sino que fluyen en nuestros ríos y se esconden en nuestras montañas. Pero, ¿qué hacemos con esos tesoros? ¿Los guardamos solo para unos pocos o los compartimos con todas las personas?
Propongo que, en lugar de simplemente extraer y vender nuestros recursos naturales, invirtamos en el bienestar de nuestra gente. De lo recabado del impuesto sobre la explotación privada de estos recursos, Principalmente el litio el litio, el petróleo, el gas, y otros, destinemos fondos exclusivamente a garantizar la seguridad económica, alimentaria y educativa de nuestra gente.
No se trata de castigar a las empresas o de frenar el desarrollo, sino de compartir la riqueza. De reconocer que, si bien estos recursos son finitos, el bienestar de nuestra gente es infinito. Y que, como sociedad, tenemos la responsabilidad de asegurarnos de que ese bienestar se extienda a cada rincón de nuestra nación.
"La naturaleza, si la cuidamos, nos cuida". Y es hora de que cuidemos de nuestra naturaleza y de nuestra gente. De que invirtamos en un futuro donde la riqueza no se mida por la cantidad de recursos que extraemos, sino por la cantidad de vidas que mejoramos.
Porque, al final del día, lo que realmente importa no es cuánto oro o petróleo tenemos, sino cómo lo usamos. Y es nuestra responsabilidad asegurarnos de que lo usemos de la manera más justa y solidaria posible. Porque la verdadera riqueza de una nación no se mide en barriles o toneladas, sino en sonrisas, en abrazos, en sueños cumplidos. Y es hora de que invirtamos en esa riqueza, en el bienestar y la felicidad de nuestra gente. Porque cada persona es un tesoro, y cada tesoro es insustituible.
Justificación de la Propuesta: Impuesto para el Bienestar Social
En el vasto mosaico de la tierra, cada piedra, cada grano de arena, cada gota de agua cuenta una historia. Una historia de milenios, de ciclos y de equilibrio. Pero, en nuestra sed de progreso, a menudo olvidamos que no somos dueños de esta tierra, sino meros custodios. Los recursos que extraemos no son regalos gratuitos, sino préstamos que debemos devolver, no solo a la tierra, sino a las generaciones futuras.
Necesidad de la Propuesta
Los recursos naturales, como el litio, el petróleo y el gas, son finitos. Su explotación, si bien ha impulsado el desarrollo económico, también ha dejado cicatrices en el paisaje y ha desequilibrado ecosistemas. Es esencial que, mientras aprovechamos estos recursos, también reconozcamos nuestra responsabilidad de compensar y reinvertir en la sociedad y el medio ambiente.
Un impuesto sobre la explotación de estos recursos no es un castigo, sino un reconocimiento de que todo lo que tomamos de la tierra tiene un valor, un costo. Y ese costo debe ser compartido y reinvertido en el bienestar de nuestra gente y nuestro planeta.
Beneficios para la Nación y la Sociedad
Reinversión en el Bienestar Social: Los ingresos generados a través de este impuesto pueden ser utilizados para financiar programas esenciales como la seguridad económica para las ancianidad, la alimentación, la educación y la salud.
Protección Ambiental: Parte de estos fondos puede ser destinada a la conservación y restauración del medio ambiente, asegurando que las generaciones futuras hereden un planeta sano y próspero.
Desarrollo Sostenible: Al reinvertir en la sociedad y el medio ambiente, promovemos un modelo de desarrollo que busca el equilibrio entre el crecimiento económico, el bienestar social y la sostenibilidad ambiental.
Educación y Conciencia: Este impuesto puede servir como una herramienta educativa, creando conciencia sobre la importancia de los recursos naturales y nuestra responsabilidad con la tierra.
Equidad y Justicia: Al asegurar que las empresas que explotan los recursos paguen un impuesto justo, promovemos una economía más equitativa, donde las riquezas de la nación benefician al mundo entero, no solo a unos pocos.
"No heredamos la tierra de nuestros ancestros, la tomamos prestada de las generaciones por venir". Esta propuesta busca recordarnos que, en nuestra relación con la tierra, debemos actuar no como conquista, sino como guardia. Porque la verdadera riqueza de una nación no se mide en barriles de petróleo o toneladas de litio, sino en la salud y felicidad de su gente y en la integridad de su tierra. Es hora de que reconozcamos el valor de lo que tomamos, de que paguemos nuestra deuda y de que construyamos un futuro más justo, más verde, más humano. Por nuestra humanidad y por nuestra amada tierra.